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Archivos Mensuales: marzo 2016

El Auto-Control


Mucho se dice del auto control, sin embargo, poco es lo que la inmensa mayoría de personas aplica de la vasta información sobre el tema. Aún y cuando estamos rodeados y somos bombardeados incluso en triviales programas de entretenimiento en los medios sociales de comunicación que buscan abordar medianamente bien este vital principio, se ha convertido en algo del segundo plano lo cual ha llevado a sociedades enteras a ser altamente reactivas, descontroladas y hedonistas, hundidas en el consumo desmedido, victimas del marketing.

Después de preguntar a muchas personas sobre si alguna vez habían leído o buscado información sobre el auto-control, pude ver que ninguna lo había hecho. El saber controlarnos e identificar los escenarios en los cuales debemos accionar ciertas áreas de nuestra conducta no es tarea fácil. La genética muchas veces nos dota de ciertas cualidades que vienen por la herencia; sin embargo no es una regla general y somos quienes no hemos heredado comportamientos cautos y precavidos, los que debemos informarnos, aplicar y convertir en hábito aquellas técnicas que nos ayuden a controlar nuestras acciones reactivas del día a día.

Este libro busca ahondar en las técnicas de auto-control y servirá para dar muchos enfoques diferentes que permitan adaptar a nuestra vida cotidiana el que mejor convenga. Unámonos en una experiencia que va nos llevará a un nivel de madurez emocional por encima de patrones patológicos o que responden a nuestro entorno y dejan de lado las convicciones y principios que vamos a conocer o redescubrir en esta lectura.

Existe un principio en gestión de calidad que dicta así ´´lo que no se mide, no se controla y lo que no se controla, no se mejora´´. El control no sólo es un epíteto al comportamiento humano o de gestión operacional en una compañía, sino también un estilo de vida, una cultura interna y un modelo de paradigma positivo que tiene impacto en nuestro derredor pero más aún en nuestra conciencia y resultados, sea cual sea la aplicación.

Por lo que surge la pregunta ¿qué tan importante es saber auto-controlarse? Aterrizaremos con un ejemplo cotidiano; es tan importante como saber controlar o manejar nuestro vehículo un día al salir de casa por la mañana y enfrentarnos a intenso tráfico; tal saber que tenemos pleno dominio sobre el coche y que este responderá en tiempo y eficazmente a nuestra indicación por medio del engranaje, combustión y motricidad, controlados desde nuestra cabina.

Es la capacidad de decisión sobre cuál camino tomar, a qué velocidad ir y qué maniobras utilizar, las que nuestros vehículos aún no logran tener y difícilmente logrará el hombre igualar al criterio del cerebro humano con las emociones de la adrenalina y que nuestras neuronas crean en nuestro sistema límbico tan real y tan abstracto como el aire.

Todos contamos con el vehículo corporal que de forma similar nos lleva a muchos lugares, realiza tareas inconcebibles en algunas ocasiones y capaz de hacer tanto bien y tanto mal; todo dirigido desde la cabina de nuestra cabeza, ahí donde Goleman dice que se desarrolla la inteligencia emocional.

No existe un manual para manejar este vehículo, ni tampoco hay un seguro por garantía de cambio en caso de fallar, pero con este libro vamos a intentar dar directrices eficaces para aminorar todo aquello que sea posible medir, controlar y mejorar en el desempeño del nuestro vehículo el cual es el cuerpo mismo (aclarando que la mente, espíritu, huesos, sangre, carne y cada componente interno conforman nuestro valioso cuerpo).

Habiendo puesto en claro la vitalidad del auto-control plantearemos ahora principios sobre los cuales esta meta se fundamenta y para ello vamos a basarnos en una técnica japonesa llamada Kaizen, la cual según los maestros orientales es un proceso para mejorar, empezando con la propia negación, dejando atrás un ´´yo´´ altamente reactivo, cargado de hostilidad medianamente controlada, contaminado con insatisfacciones de logros truncados, metas no alcanzadas o desempeño lejano al deseado; todos estos escenarios y otros que con seguridad tú puedes recordar y asociar, son los que crean niveles de estrés, alto grado de descontrol y desborde de negatividad en nuestro diario vivir y en nuestro entorno social, familiar, laboral, pero lo más complejo y dañino aún,  en nuestro ser interior; a niveles casi de una denominación intrínseca donde la contaminación corroe las membranas de nuestros pensamientos y agota el deseo real de felicidad, sino más bien envolviendo nuestra visión en deseos excesivos de superar la tristeza y las ilusiones malogradas, agotando la naturalidad de la fluidez de una cualidad que es propia en el ser humano, pero bloqueada por el condicionamiento de una fatiga física y mental ocasionada por las presiones sociales y familiares que nos llevan a distorsionar el objetivo natural ´´la felicidad´´.

 
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Publicado por en marzo 20, 2016 en Uncategorized